El laboratorio de la pintura

Sobre el desarrollo de las formas de creatividad desde el último tercio del S. XIX hasta el comienzo de la Segunda Guerra mundial. INFLUENCIA DE LA PINTURA SOBRE TODAS LAS ARTES


Giacometti in his Paris studio, next to him the sculpture "La Grande Tête" ("The Large Head")

Paris
1958
The studio wall, which Giacometti also used for painting his sketches


Paris
o.J.

Tanto el trabajo de tantos escultores como también por ejemplo las xilografías de los miembros del Die Brucke, surgen directamente del desarrollo paralelo de la pintura. De la misma manera que la expresividad del cine expresionista alemán se debe a sus decorados pictóricos. La fotografía pictorialista imita los efectos atmosféricos y ambientales de la pintura impresionista. Tras el cubismo, otros fotógrafos aplicarán a sus imágenes ese sentido de visión fragmentaria semejante al que Picasso o Braque habían elaborado en pintura. También es apreciable en las esculturas de Degas, Renoir, Picasso o Matisse un sistema de relaciones semejante. La pintura adquiere un nuevo lenguaje formal, opuesto tanto al naturalismo como a las convenciones académicas, que es extendido a otros terrenos.

El artista ahora experimenta. Frente al trabajo enfocado a un medio específico (pintura o escultura) en que el artista trabaja con elementos controlables, la pintura experimental rompe con las fronteras de los medios y resume el problema del arte en la forma – flexible, adaptable, legible- independientemente del medio en que se haya materializado.

Este carácter experimental trae consigo un lapso de tiempo muy breve entre el proyecto y su verificación, entre la concepción de la idea y la obtención del resultados evaluables. Este es el espacio que la pintura clásica dedicaba al proyecto previo, materializado en forma de bocetos o maquetas. El boceto se planteaba como el lugar para detectar los problemas y las interferencias que podrían surgir en el proceso de realización definitiva de la obra.

La modernidad implica una dinámica diferente, una aproximación directa a la experiencia de la obra, que conduce a los artistas a concebir el propio producto de su experimentación como obra acabada. Es una idea que tiende a concebir el proceso como resultado, y que en los años 60 dará lugar a una forma específica de arte. Las obras se suceden rápidas, cambiantes, contradictorias, siguiendo los mecanismos desordenados y, a veces imprevisibles, del propio proceso creativo.

Retroceder y rectificar forma parte del desarrollo de la obra, la pasta de la pintura es tanto aplicada como arrancada del lienzo.

“No me interesa el pintor que ha descubierto su técnica. Se levanta cada mañana sin pasión y, tranquilo y apacible, continúa la labor iniciada la noche anterior. Sospecho en él ese aburrimiento propio del artesano virtuoso que continúa con su tarea, sin el destello imprevisto del minuto feliz. No conoce el imprevisto sagrado cuya fuente radica en el inconsciente y en lo desconocido, no espera nada de lo que será. Yo amo aquello que nunca fue. La inquietud debe ser el anfitrión habitual y constante del buen taller. La inquietud es como una ecuación entre la paleta y el sueño. Es el fermento de lo nuevo, renueva la facultad creadora, es el testigo de errores sinceros y de la irregularidad del talento. El hombre se hace entonces visible en el artista, y aquel que mira su obra se acerca más a él. De A sí mismo. Diario 1867-1915 Odilon Redon
Idoia

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